Adamo advierte un disparo de las videollamadas entre los mayores
La soledad que sufren muchas personas mayores es una de las consecuencias más evidentes de los confinamientos, las restricciones de movimiento y las limitaciones de socialización que ha traído el coronavirus. Aunque menos digitalizadas que otros sectores de la población, ello no impide que aquéllas recurran cada vez más a la tecnología para paliar esa falta de contacto. Ejemplo de esta realidad es que las videollamadas con familiares y amigos se disparan más de un 20% entre los mayores de 65 años desde la irrupción de la covid-19.
MAYORES Y CORONAVIRUS
Así se desprende de la encuesta realizada por Adamo junto con la consultora Análisis e Investigación sobre los cambios en los hábitos digitales antes y después de la pandemia en ciudadanos que superan esa edad.
En concreto, el 38,8% de los encuestados manifiesta que usa ahora las llamadas que unen voz e imagen para estar en contacto con la familia y los amigos. Esa cifra supone un incremento de más de 21 puntos en relación al 17,5% que videollamaba antes de la pandemia. De los encuestados, el 48,2% de las mujeres se sirve de videoconferencias, mientras que, en el caso de los hombres, el porcentaje es del 31,9%.
En ese sentido, 4 de cada 5 personas en ese rango de edad aseguran sentirse más acompañadas gracias a las videoconferencias: algo más, el 28%; bastante más, el 40,5%; mucho más, el 10,8%. Esa capacidad para proporcionar cercanía hace que, de las actividades habituales que este grupo de población lleva a cabo en Internet, ésta sea la que más crezca.
CITAS MÉDICAS Y COMERCIO
Otra de las consecuencias de este escenario sin precedentes tiene que ver con las citas médicas en remoto: antes de la crisis pandémica sólo optaba por esta vía el 6,3%; después, el 14,8%. Es decir, que su número se duplica ampliamente.
El comercio electrónico se eleva igualmente entre las personas en edad de jubilación (del 19,3 al 24,8% de los encuestados). Aunque, en este campo, el aspecto más llamativo es que el 57,8% esgrime como razón para adquirir productos por Internet el poder evitar salir de casa. Además, la proporción de mayores de 65 años que adquieren on line los artículos de alimentación se dobla desde la aparición del coronavirus (del 8,3 al 16%).
REDES SOCIALES
Las RRSS van convenciendo progresivamente al colectivo en análisis, dado que el 47,5% las utiliza ahora, frente al 40,5% que lo hacía antes de que se desatara la crisis sanitaria. Destacan por su actividad, en este ámbito, las mujeres entre 70 y 75 años.
En la línea del resto de usos tecnológicos, sube el porcentaje de los individuos consultados que ejecuta sus gestiones bancarias de manera telemática (del 48,3 al 52,8%) y que consume contenidos de plataformas en streaming, tales como Netflix o HBO (del 25,3 al 35,8%). En ambos casos, son los hombres de entre 65 y 70 años los más implicados. Finalmente, las webs para buscar pareja apenas gozan de popularidad en este segmento demográfico, aunque registren un incremento de acogida del 0,5 al 1%.
ADAMO
Por otra parte, cabe recordar que el ritmo de crecimiento de Adamo apenas se ve influido por la covid-19: la empresa lleva fibra óptica a 25.000 nuevos hogares al mes en España a pesar del coronavirus.
Ese esfuerzo humano y técnico se justifica, en gran medida, en la conciencia que se tiene en la compañía de que los tiempos actuales exigen a los operadores de telecomunicaciones que sean capaces de satisfacer la enorme demanda que existe de contar con una conexión a Internet de calidad.
Adamo ofrece, para cubrir esa demanda, la fibra óptica más rápida que existe en la actualidad (1.000 Mbps), que se traduce, entre otras opciones, en poder teletrabajar con una conexión estable, mantener videoconferencias sin cortes, estar más cerca de los familiares y amigos que viven lejos, pasar consultas médicas a través de Internet, tener la posibilidad de acceder a educación de forma remota o ver series o disfrutar de videojuegos on line.
El estudio realizado por Adamo en colaboración con la consultora Análisis e Investigación sobre hábitos digitales antes y después de la pandemia se basa en 400 entrevistas hechas a personas con más de 65 años de edad y que presenta un error muestral de ±3,9%, así como un grado de confianza del 95,5% en condiciones habituales de muestreo (p=q=0,5).