Descubriendo el patrimonio: El Puente da Áspera de Sarria

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Este antiguo paso sobre el río Celeiro, también conocido como río Pequeno, y en el pasado llamado río de Barbadelo, forma parte fundamental de la ruta del Camino Francés
Ponte-da-Áspera-Sarria
30 Mar 2025

El Puente da Áspera, situada en el municipio de Sarria, es uno de los monumentos más representativos del patrimonio cultural y arquitectónico de la villa. Este antiguo paso sobre el río Celeiro, también conocido como río Pequeno, y en el pasado llamado río de Barbadelo, forma parte fundamental de la ruta del Camino Francés y es uno de los puntos más destacados para los peregrinos que inician su andadura hacia Santiago de Compostela.

Su origen medieval y la combinación de distintos estilos arquitectónicos la convierten en un lugar de gran valor histórico, cultural y simbólico tanto para los habitantes de Sarria como para los miles de peregrinos que cada año recorren esta ruta milenaria.

El Puente da Áspera sirve como un paso fundamental entre la villa de Sarria y su vecina Barbadelo, siguiendo la etapa 28 del Camino Francés. Este puente, que cruza el río Celeiro, conecta la zona sur de Sarria con el interior de la comarca lucense y continúa el recorrido de los peregrinos, que se encaminan a la siguiente etapa hacia Portomarín. Por ello, su ubicación enriquece el trazado del Camino, ofreciendo a los caminantes un lugar de gran belleza natural e histórica.

Lo que destaca del Puente da Áspera es su singularidad arquitectónica, que revela las diversas fases de construcción que ha experimentado a lo largo de los siglos. El puente conserva tres arcos de medio punto de estilo románico, que se encuentran perfectamente conservados y construidos en robusto granito. Estos arcos son testigos de un pasado medieval, una época en la que el Camino Francés empezaba a recibir un número cada vez mayor de peregrinos que llegaban desde toda Europa para rendir homenaje al Apóstol Santiago.

La estructura románica, con un diseño sencillo y funcional, fue ideada para soportar el peso de las carretas y las personas que transitaban por ella. Los sólidos arcos permitían que las aguas del río fluyeran sin dificultad, mientras que la calzada ofrecía un paso seguro y duradero para los caminantes.

Sin embargo, el puente no se limita a su origen medieval. Como muchas otras infraestructuras históricas, el Puente da Áspera ha sido sometida a reformas a lo largo de los siglos. El resto de la estructura, que se extiende más allá de los arcos románicos, data del siglo XVIII, una época en la que el puente estaba visiblemente deteriorada y necesitaba ser restaurada. En ese momento, se incorporaron materiales como la losa para garantizar su durabilidad y funcionalidad. Este añadido tardío, que se distingue del resto del puente, aportó una nueva estética que combina la rusticidad de la losa con la sobriedad del granito románico.

Los orígenes del nombre

Un aspecto interesante de el Puente da Áspera es su conexión con el nombre que recibe. Tradicionalmente conocida como "Áspera", algunos historiadores y expertos sostienen que el nombre original podría haber sido "Aspera", sin tilde. Este cambio lingüístico podría estar relacionado con la "aspereza" o dificultad del paso, una característica que, en tiempos antiguos, podía hacer que los viajeros tuvieran que esperar durante horas o incluso días para cruzar, especialmente en momentos de gran afluencia de peregrinos. Esta espera podría estar asociada al pago del tradicional pontazgo, un tributo que se cobraba por usar los puentes para cruzar los ríos.

La importancia histórica y patrimonial de el Puente da Áspera también ha sido reconocida por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), que ha incluido el puente dentro de un proyecto de rehabilitación del Camino de Santiago. Este proyecto, en el que se han invertido tres millones de euros, tiene como objetivo mejorar siete puntos emblemáticos de la ruta jacobea en siete municipios de la provincia lucense, entre ellos Sarria.

La rehabilitación periódica y la limpieza de la vegetación alrededor del puente son medidas que buscan conservar el entorno natural de la zona, ofreciendo a los peregrinos la imagen de una Sarria viva y vibrante, lejos de la sensación de abandono que, en ocasiones, puede generar la naturaleza descontrolada.

Además de ser un lugar de tránsito para los peregrinos, el Puente da Áspera también es un espacio de descanso y reflexión. Después de cruzar el puente, los caminantes tienen la oportunidad de elegir entre dos caminos: el que lleva a Santiago de Barbadelo o el que continúa hacia Maside. Ambos caminos confluyen más adelante, en la proximidad de Domiz, creando nuevas posibilidades para los peregrinos.

La etapa que va de Sarria a Portomarín es, en muchos casos, la primera para muchos peregrinos que inician su camino desde la villa, y es también uno de los tramos más emblemáticos de la ruta jacobea.

Después de cruzar el Puente da Áspera, los peregrinos tienen la oportunidad de dejar atrás el asfalto y adentrarse en el monte, donde el camino puede volverse especialmente embarrado, dependiendo de la época del año. Este tramo de la ruta, entre naturaleza e historia, hace que los caminantes sientan que están realizando un verdadero viaje en el tiempo, donde cada piedra, cada puente y cada paso nos recuerda la tradición y la riqueza cultural del Camino de Santiago.

La Puente da Áspera es mucho más que una simple infraestructura que cruza un río. Es un testimonio de la historia medieval y moderna de Sarria, un punto de encuentro de caminantes y viajeros que, a lo largo de los siglos, han seguido las huellas de aquellos que les precedieron. Su restauración y conservación continúan asegurando que este patrimonio no se pierda y que su historia siga viva para las futuras generaciones de peregrinos.

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