Descubriendo el patrimonio: Las cuevas de Santa María de Vilavella

SarriaXa
La parroquia de Vilavella acoge cuatro cuevas que forman parte del patrimonio inmaterial del Concello de Triacastela
covas-1
8 Feb 2025

El municipio de Triacastela esconde grandes tesoros patrimoniales descubiertos por arqueólogos que han explorado los espacios naturales de este Ayuntamiento de la Sierra del Oribio. Además de la ya conocida Cueva de Eirós, hay localizadas otras 12 cuevas que forman parte del patrimonio inmaterial de Triacastela.

Concretamente, hay cuatro cuevas en la parroquia triacastelana de Santa María de Vilavella, que son la Cueva de Graxeira, la Cueva de Cabuxa, la Cueva de Vaho y la Cueva de Moura, todas ellas con un grado de protección II.

La Cueva de Graxeira, por su parte, se encuentra a media ladera en un acantilado en la margen izquierda del río Teixedo, sobre un sustrato calcáreo que es una intrusión de calizas en las pizarras de Cándana, en una zona muy próxima al núcleo de Vilar y al este a 50 metros a la izquierda del camino, sobre un prado. Es una cueva con forma de huso, con una amplia entrada, actualmente usada como vertedero. La cueva tiene, al menos, una galería prácticamente vertical de gran altura de 30 metros, y no se descarta que en su interior haya depósitos de tierra susceptibles de ser excavados. Así, aunque no ha sido posible documentar ningún resto, se considera como un posible yacimiento arqueológico con una adscripción cronológica indeterminada.

Por su parte, la Cueva de Cabuxa, se encuentra en el mismo lugar que la de Graxeira, aunque, en este caso, se halla a 50 metros a la derecha del camino, en una zona muy abrupta. Es una cueva con poca amplitud en la entrada principal que tiene una abertura a unos tres metros de altura, que está tapada por los vecinos para impedir caídas y que los animales aniden. La galería, a la que no se puede acceder, parece bastante amplia y susceptible de ser excavada arqueológicamente, debido a que es un entorno apto para habitar. Se considera pues como un posible yacimiento arqueológico, aunque con una adscripción tipológica indeterminada.

La siguiente es la Cueva de Vaho, que se encuentra en la margen izquierda del curso del arroyo de Vilavella, sobre un sustrato calizo que es una intrusión de calizas en las pizarras de Cándana. Se halla en una zona dedicada a prados y algo más baja que el curso del arroyo. Es una de las cuevas con menos amplitud en su entrada; según las noticias recogidas, parece que una riada hace más o menos 20 años, bloqueó parte de la entrada, que era mucho más amplia. La tradición oral dice que contiene varias galerías muy amplias donde seguramente hay depósitos de tierra susceptibles de ser excavados arqueológicamente, sobre todo al ser una cavidad muy apta para el hábitat.

Finalmente, la Cueva de Moura se localiza a media ladera del Monte de Furco en la margen izquierda del río Teixedo, sobre un sustrato calcáreo que es una intrusión de calizas en las pizarras de Cándana, concretamente en una zona de densa vegetación en la parte baja de un crestón diferenciable del entorno por ser una zona de tejos. Es una de las cuevas con más amplitud en la entrada y en las galerías, donde hay depósitos de tierra susceptibles de ser excavados arqueológicamente. Sobre ella, además, se han recogido diversos relatos de su ocupación en la guerra civil y leyendas referentes a moros. Es una cavidad muy apta para ser habitada, por lo que se considera como un posible yacimiento arqueológico.

0.15135192871094