El equipo Kung Fu Láncara entrenó habilitades físicas en las camas elásticas de Lugo
El equipo Kung Fu Láncara, de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (ANPA) del CPI Ramón Piñeiro, de A Pobra de San Xiao, en Láncara, completó un entrenamiento especializado en las instalaciones de un centro recreativo de camas elásticas en la ciudad de Lugo.
El Maestro Miguel Ángel Rojo Darriba comenta que las artes marciales no solo se practican o entrenan, sino que también se estudian, y que las capacidades físicas son para el deporte, mientras que la destreza es para el arte marcial.
"Nosotros militamos en esa línea de pensamiento, en la comprensión del arte marcial como la ciencia de la defensa personal. Es que predominan los deportes de origen marcial sobre las artes marciales propiamente dichas, y ambas vías poseen enormes e innumerables virtudes, pero son diferentes en enfoque y objetivo."
Por eso, dicen que, aunque se centran en el estudio de la ciencia de la defensa personal, "también le prestamos importancia a adquirir hábitos de vida saludables y a un entrenamiento físico que permita a nuestro cuerpo fluir al ritmo y voluntad que visualiza y marca nuestra mente."
Así, creen que la actividad física debe ser "variada, sorprendente, fascinante e inspiradora" y que las acrobacias "son parte del cultivo del cuerpo y parte del ideal de conseguir todas las posibilidades de las que es capaz nuestra anatomía, la biomecánica humana".
Con todo, opinan que las instalaciones en las que estuvieron sirven "para entrenar con seguridad acrobacias complejas que necesitan de determinadas infraestructuras propias de la gimnasia artística, como es el foso de tacos de espuma, esponja..."
Además, "permite que los niños entrenen jugando, que refuercen, en esta edad clave, una filiación por un ocio saludable que les permita construir en su vida vías de autorrealización, llegando a ser personas completas. Es el ideal que todos perseguimos para las nuevas generaciones: que avancen más rápido de lo que en su tiempo avanzamos nosotros, evitarles los errores que cometimos nosotros, darles más oportunidades que tuvimos nosotros, darles la mejor formación posible y ayudarles, en la medida en que podamos, a que accedan a una buena posición laboral y encuentren artes y vías de autorrealización, que cultiven y mantengan la pasión en sus vidas", concluyen.