José Manuel Valcarce, del IES Xograr Afonso Gómez: "Con el programa 'En bici al Juglar' buscamos cuidar el medio ambiente y la salud"

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Hablamos con José Manuel Valcarce, director del IES Xograr Afonso Gómez de Sarria, de este y de otros proyectos innovadores en los que participa el centro
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28 Mar 2021

Una educación de calidad es la base de la sociedad del futuro. Esa es la máxima con la que trabajan día a día en el IES Xograr Afonso Gómez de Sarria, donde, al margen de las clases de las asignaturas tradicionales, la comunidad educativa participa en un sinfín de proyectos innovadores y sociales que les han valido numerosos reconocimientos, incluso a nivel nacional.

Este mes ponían en marcha la campaña “En bici ao Xograr. Anímate a pedalear”, con la que intentan ir más allá y favorecer la creación de rutas seguras para los desplazamientos a pie y en bicicleta en la localidad.

¿Cuánto tiempo lleva como director del IES Xograr Afonso Gómez?

Llevo ya diez años como director, aunque gracias al apoyo recibido por parte de todos los compañeros y compañeras, me parece que fue ayer cuando empecé. Justo esta semana presentamos la solicitud de renovación por otros cuatro años más, que fue apoyada por unanimidad por el Claustro y el Consejo Escolar.

¿Qué exige ser director?

Pues muchas cosas, aunque no se puede con todo: habilidades sociales, competencias emocionales, capacidad de gestión y de trabajo, responsabilidad, empatía, etc. La formación también es clave, ya que debemos tener dominio de los procedimientos administrativos, legislación educativa y general, pedagogía y muchas otras. Yo me quedaría, sobre todo, con las competencias emocionales y la empatía.

¿Qué enseñanzas imparten en el centro?

En nuestro centro se imparten las enseñanzas de ESO, Bachillerato de Ciencias, de Humanidades y Ciencias Sociales, y un ciclo medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia.

¿Cuántos alumnos y alumnas tienen a día de hoy?

Alrededor de 370 alumnos y alumnas: 220 en la ESO, 130 en bachillerato y 20 en el ciclo.

¿Cuáles diría que son las claves para contribuir a mejorar los resultados académicos de los estudiantes?

Es una pregunta muy compleja de responder, pero yo creo firmemente en la colaboración entre familias y docentes y, sobre todo, en la cercanía y la implicación del profesorado con el alumnado. Para esto último es fundamental crear un clima en el centro que contagie positividad a todos los docentes y alumnos, otra responsabilidad en la que los equipos directivos son clave, no solo el director o directora.

Un pilar fundamental en el proceso educativo, como decía, es la familia. ¿Cómo es la relación de las familias con el centro?

Pues muy buena en la mayoría de los casos, aunque se echa en falta que, según avanza la edad de los niños, los contactos se van reduciendo. Se nota mucho cuando las familias están pendientes y se relacionan con fluidez con el centro. La situación actual, en la que no podemos vernos en persona, no debe echarnos atrás para seguir en contacto por los medios que tenemos a nuestra disposición, ya sea telefónico o telemático.

¿Cuál es el punto débil de los estudiantes que llegan al instituto?

Los puntos débiles son muy diversos, no responden a un patrón común. Hay que acercarse a las necesidades de cada uno de forma individualizada.

Uno de los temas que más preocupan actualmente en las comunidades educativas son los casos de acoso o bullying. ¿Se ha registrado en el centro algún caso y tienen algún protocolo de actuación ante estas situaciones?

Por supuesto, es algo que debe preocupar, la tolerancia al acoso tiene que ser cero. En los años que llevo en la dirección, que es lo que mejor conozco, no se ha registrado ningún caso grave, pero sí muchos casos en estadios iniciales, que se cortaron bastante bien. En cuanto al protocolo de actuación, todos los centros lo tenemos, sin embargo, lo más importante es disponer de sistemas de vigilancia que permitan actuar con rapidez y, sobre todo, poner en marcha programas proactivos que prevengan esas situaciones. En el centro desarrollamos programas de habilidades sociales, de resolución de conflictos y de competencia emocional con el alumnado. Todos estos programas ayudan a prevenir esas situaciones. De hecho, el curso pasado conseguimos la distinción de “Centro graduado en el programa Educación Responsable”, después de tres años muy intensos de formación.

¿Cómo les está afectando la pandemia?

Pues ha dificultado las cosas, como en todos los ámbitos de la vida. Supuso un reto que hizo que nos fuésemos superando y también va a dejar aprendizajes positivos. Lo que tengo que reconocer es que el cansancio físico y psicológico está haciendo mella, y debemos cuidar mucho los aspectos emocionales.

¿Cuál es la situación del instituto respecto a las infraestructuras y dotaciones?

En los últimos años el centro se ha renovado mucho, con numerosas obras de mejora, y tiene una excelente dotación tecnológica. Cuando algún antiguo alumno o profesor nos visita después de unos años, se queda sorprendido con los cambios. Nuestra aspiración ahora mismo es la ampliación de la biblioteca, y tenemos fundadas esperanzas de conseguirla pronto. También seguimos avanzando en hacer del centro un espacio acogedor, aprovechando la decoración para lanzar mensajes educativos en favor de la igualdad, la inclusión, la ecología y la vida saludable, entre otros.

El instituto puso en marcha este mes la campaña “En bici ao Xograr”. ¿Cómo surge la iniciativa y qué resultados está teniendo?

Surge en el marco de todos los programas en favor de la salud y la ecología que desarrolla el centro desde hace años y que nos han traído muchos reconocimientos. Por ejemplo, hace dos años Sogama nos reconoció con el “Ecovaledor” por el proyecto “Aulas limpas”. Fuimos uno de los primeros centros de la provincia en ser “Centro cardioprotegido” y nuestro alumnado se forma en primeros auxilios. También ganamos un premio en el programa “Salvavidas” de la Agencia de Donación de Órganos y Sangre, con un cortometraje precioso.

Buscamos cuidar el medio ambiente y también nuestra salud. Lo que más necesitamos ahora es que se establezcan rutas seguras para promover que los desplazamientos se realicen andando o en bici. Contactamos con distintas administraciones e hicimos propuestas que pensamos que serían fáciles de realizar en una villa pequeña como Sarria. El alumnado, y también parte del profesorado que vive en Sarria, está respondiendo muy bien a la iniciativa y esperamos que con el buen tiempo sea aún mejor. Estaríamos encantados de seguir ampliando los espacios para aparcar las bicis en el centro.

También tienen el sello de vida saludable, que concede el Ministerio de Educación. ¿Qué supone este reconocimiento?

Supone un reconocimiento a todo lo que se ha hecho, y también una responsabilidad, ya que el centro se compromete a seguir trabajando y promoviendo hábitos saludables, tanto en el ámbito de la alimentación como de la actividad física. Debemos trabajar por una educación integral que, más allá de los contenidos curriculares, ayude al crecimiento saludable de las personas y de la sociedad.

El año pasado consiguieron también el distintivo de centro educativo inclusivo…

Sí (ríe), estamos recibiendo muchos premios últimamente. Se puso en marcha un proyecto magnífico, con muchas actividades con el alumnado del centro que calaron en la sensibilidad de todos. Fue reconocido con el primer premio a las buenas prácticas en educación inclusiva, y además supuso una inyección económica de 5.000 euros que se están invirtiendo en nuevas actividades inclusivas. La verdad es que participamos en todos los proyectos que nos parecen interesantes. Tenemos mucha suerte de contar con un claustro de profesorado muy activo e implicado, con una enorme capacidad de trabajo.

¿Dónde está para usted el “éxito educativo”?

En lograr lo mejor para cada uno de nuestros alumnos.

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