La iglesia de Santa Cruz de O Incio declarada Bien de Interés Cultural
El Diario Oficial de Galicia (DOG) publica hoy el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento la iglesia de Santa Cruz, en el término municipal de O Incio (Lugo).
El delegado territorial de la Xunta en Lugo, Javier Arias, visitó el templo y explicó que el documento, que entrará en vigor mañana, culmina el trabajo desarrollado desde el año 2017 por parte de la Consellería de Cultura, Educación y Universidad para garantizar la protección integral del edificio proyectado por el arquitecto madrileño José Luís Fernández del Amo, uno de los más importantes representantes de la nueva arquitectura española en el siglo XX.
También se incluyen más de 40 bienes del interior, como los 24 bancos diseñados por el propio arquitecto o las vidrieras, parte de ellas obra del artista José Luis Gómez Perales, con un valor artístico excepcional. Igualmente, pasan a integrar el Catálogo del Patrimonio Cultural de Galicia otros elementos singulares cómo dos confesionarios, una pía bautismal y otra de agua bendito, el altar principal y otro lateral, la talla de la Virgen de Santa Cruz de O Incio, crucifijos o viacrucis, entre otros.
Del mismo modo, se catalogan el pasamanos del coro, realizado con tubos de acero de sección cuadrada como los de las cercas, en que se enroscan 13 tablas de castaño; el lintel de la puerta de la sacristía; las puertas −resueltas de manera tradicional−, con secciones macizas de madera, y herrajes hechos en forja, de secciones simples; el armario del baptisterio y el final de la torre. Hace falta destacar que la participación de artesanos locales produjo piezas y soluciones constructivas de gran calidad e interés.
La iglesia de Santa Cruz de O Incio es una muestra excepcional de la arquitectura del Movimiento Moderno en Galicia y en el resto de España. Fue construida entre 1961 y 1963 y, a pesar de la modestia de sus dimensiones y de los recursos disponibles para su ejecución, era una de las obras de las que más satisfecho se sentía el arquitecto por la singularidad del encargo, en un pequeño núcleo rural.
Hace falta recordar que la Xunta invirtió el pasado año 130.000 euros en tareas de conservación del templo, entre las que destaca la construcción de una nueva escalera de subida a la torre y tribuna siguiendo el proyecto original de Fernández del Amo, que en este punto había quedado sin ejecutar.
El delegado territorial señaló que con la declaración de BIC “preservamos este legado y contribuimos a conferirle la dimensión que merece en el marco de la obra de Fernández del Amo”. Al respeto, cabe apuntar que la iglesia de Santa Cruz permaneció largo tiempo excluida de las publicaciones sobre el autor, por mor de la posición geográfica del edificio, alejado de los centros en que se concentran los ejemplos más conocidos de arquitectura moderna, y por la focalización sobre los poblados de colonización en los estudios sobre este arquitecto.