La política sigue viva en Sarria tras un pleno marcado por el Plan Económico-Financiero

La política municipal en Sarria sigue viva y llena de tensión tras el pleno celebrado este miércoles, en el que se aprobó el Plan Económico-Financiero impulsado por el gobierno de Camiña Sarria. La sesión, que evidenció la distancia entre los grupos, dejó al descubierto dos posiciones muy diferentes: mientras el PSOE denunció un “pacto encubierto” entre el ejecutivo local y el PP, los populares defendieron su “abstención crítica” como un ejercicio de responsabilidad para evitar el colapso financiero del Ayuntamiento.
El PSOE de Sarria acusó públicamente a Camiña Sarria y al Partido Popular de pactar en secreto para sacar adelante el plan, que permitirá, según advirtieron, una subida del IBI y del impuesto de vehículos, afectando directamente a las economías domésticas de las familias del municipio. Los socialistas sostienen que esta maniobra “certifica un acuerdo político oculto que nace para sostener a un gobierno agotado y para hacer pagar a la ciudadanía los errores e incumplimientos del señor Garrido”.
Durante la sesión, el portavoz socialista Benjamín Escontrela fue contundente: “Reclamé la dimisión del alcalde por su nefasta gestión, que propone un atraco a mano armada a los vecinos y vecinas de Sarria. Nosotros votamos no a este plan porque es un abuso”. Para el PSOE, el Plan Económico-Financiero es consecuencia “de una gestión deficiente, de la improvisación y de la falta de previsión”, y advierten de que abre la puerta a nuevos recortes, más tasas y un riesgo real de intervención.
Por su parte, el Partido Popular defendió que la aprobación del plan era una cuestión de obligado cumplimiento para evitar la intervención del Ayuntamiento por parte del Ministerio de Hacienda, lo que podría provocar, según explicaron, “una especie de corralito municipal” con parálisis de pagos, riesgo en la continuidad de servicios y pérdida de financiación. “No compartimos el plan del gobierno municipal, ni formamos parte de la gestión que llevó al Ayuntamiento a esta situación, pero no estaremos de brazos cruzados ante el riesgo de colapso”, señalaron los populares.
El PP insistió en que su “abstención crítica” fue la única garantía de que Sarria siga funcionando y lamentó que “la política real y útil no termina en la crítica, sino que comienza después de ella, poniéndose al servicio del interés general”. El grupo aseguró no apoyar medidas “inasumibles” como “la subida radical de la tasa de basura o el cierre del matadero”, pero reivindicó su papel de “rigor, gestión y colaboración institucional” para que el municipio pueda seguir avanzando “a pesar de la situación económica”.
El pleno deja así un nuevo episodio de confrontación política, pero también la constatación de que en Sarria la política sigue viva y con pulsos abiertos entre las fuerzas que buscan definir el rumbo económico e institucional del municipio.