Marcos Vázquez, promotor del Muvicla: “El amor por Láncara es lo que me mueve a seguir con el proyecto”

SarriaXa
Hablamos con Marcos Vázquez, promotor del Museo Vivo e Integrado del Campo y de la Locomoción Agraria situado en la parroquia de Trasliste, en Láncara, que lleva 5 años en pie desde su inauguración
Marcos-Vázquez,-Muvicla
Actualizada el 12 diciembre 2025, 08:17 horas
22 Sep 2024

Jessica Fernández

¿Qué es la Casa Vázquez?

La Casa Vázquez es una casa y una labranza tradicional gallega con más de 200 años de historia. Así, siempre quise darle continuidad a esta casa familiar y asentarme con mi familia, pero hace unos años surgió la idea de hacer un museo. Por eso, tras la construcción del cortello a finales de los años 70, en el año 2017 lo transformamos conservando todos los elementos antiguos de la casa. Así, fuimos creciendo y en 2019 inauguramos el Museo Vivo e Integrado del Campo y la Locomoción Agraria (Muvicla), que es, actualmente, el primer museo de Galicia que tiene cualificación como tal al amparo de la Ley de Museos de Galicia desde 2021, por lo que es el primer centro museístico respaldado por la Consellería de la Xunta.

Además de la casa familiar y el pendello tipo feria que alberga diferentes tractores y paneles informativos, en el cortello reformado se encuentra el salón de conferencias y una pequeña biblioteca en la que se encuentra otro tractor. Además, tenemos un proyector también de microfichas que servía para ver el despiece de las máquinas de forma ampliada. Ahora sigue siendo de utilidad porque podemos seguir viendo cosas.

¿Con qué motivación nace el Muvicla en Trasliste?

El Museo nace en un lugar y en un tiempo preciso. Yo soy un apasionado del medio rural y estamos en un momento en el que es importante hacerle ver a la gente la importancia del cuidado del medio ambiente y del patrimonio y ver que la cultura nace de la agricultura, de cultivar la tierra, ya que al mismo tiempo que fuimos cultivando la tierra, fuimos cultivándonos a nosotros. Las grandes ciudades viven de espaldas al campo y es importante que existan centros de este tipo para promover una reflexión sobre el campo y mantener así el campo vivo y que la gente mire al campo, porque, si no, vamos mal.

Lo que pretendemos es, con este atractivo, transmitir que la pasión por el campo y la realidad es conocimiento e integración de talento. Por haber nacido y querer esto vas pensando en cómo poder transmitir este amor y yo veo que a los niños les gustan las máquinas agrícolas y montar en tractor, por lo que, aprovechando esa sinergia de que la gente viene aquí motivada por las máquinas, también les transmitimos esos valores del campo. Es importante que sepan que gracias a los avances en la mecanización pudimos pasar de producir para 5 personas a producir para 50. Además, si en una casa como la Casa Vázquez podían vivir entonces 15 personas juntas y ahora las casas están mejor que las de las ciudades, ¿es el momento de abandonar? Cuando hay más dinero que nunca, no es momento de abandonar.

Es un amante del medio rural, pero también de la maquinaria agrícola.

El museo nace por mi pasión, no solo por el medio rural, también por la maquinaria agrícola, tanto es así que en 2003 restauramos el primer tractor, y en 2006 nació la primera Asociación Gallega de Amigos de la Maquinaria Agrícola Clásica, la primera de España, de la que fui presidente fundador durante 10 años.

En el año 2008 hicimos el Camino de Santiago en tractor por primera vez en la historia. Cedí a mi mujer, María, que era la única mujer en la ruta, ya que entramos 30 tractores en Santiago, el honor de ser la primera en cruzar Santiago. Luego, fuimos creciendo y fuimos referentes en Galicia y España en restauración y mecanización clásica. Agamac nació aquí, en la Escuela de Trasliste, aunque ahora el presidente es de Pontevedra porque es de ámbito autonómico; queríamos crecer y no queremos limitarnos. Somos muy dinámicas las personas que estamos afincadas en el rural y cumplimos los objetivos de la asociación.

¿Qué actividades se realizan en el Muvicla?

Tenemos actividades propias o especiales de otras entidades, como las jornadas de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes, otra del GDR de aquí, y luego actividades propias, como las jornadas de ‘El glamour es lo más rural que hay’ y las jornadas de ‘Alternativas al uso del petróleo en aplicaciones agrícolas’. Con respecto a esta última, presentamos el pasado 30 de julio en Madrid el libro de las tres primeras jornadas porque lleva como ponente resumida la exposición y un código QR con su documento audiovisual prologado por mi familia. Además, también está en el libro el investigador de la USC, Quico Ónega, Francisco Conde y contamos con el diseño de un argentino que formó parte del Ayuntamiento de Láncara, así que intentamos extender las raíces del Ayuntamiento allá donde vamos.

Cabe destacar que tenemos ofertas muy serias para trasladarnos al Camino de Santiago a una nave de Sarria, con lo que multiplicaríamos las visitas, pero perdería la esencia. Aquí hay cientos de miles de horas invertidas antes de abrir el 14 de junio de 2019 y ahora estamos en la senda y los visitantes son de mucha calidad. No creo que irse del rural sea lo óptimo. Creemos que tiene que estar aquí y eso hace que la gente tenga mucho interés por nosotros.

¿Toda esta actividad cómo repercute en Láncara y en la comarca de Sarria?

Esto es muy importante para Láncara porque el museo recibe 1.500 visitas al año registradas, que hacemos con colegios o instituciones, pero no contamos todas las demás en las que vienen familias y particulares, por lo que tendríamos un 30% más de visitas.

Además, yo soy trabajador del Ayuntamiento de Láncara y conozco a los vecinos y vecinas y además de ser de aquí, de gastar todo mi esfuerzo físico aquí, yo amo Láncara y, al ser trabajador público, quiero a los vecinos y me intereso por ellos. El amor a todos los vecinos de Láncara es lo que me mueve a ser cada vez más de Trasliste y seguir con mi proyecto.

No pensábamos llegar a este nivel y tener una exposición en pleno corazón de Madrid, entre el Retiro y el Museo del Prado. Para nosotros tiene trascendencia e importancia.

Entonces, la exposición ‘Cuidamos de la tierra. Cuidamos de la gente’ tuvo buena acogida, ¿no?

Nadie contaba con tener tanta gente. En la inauguración había 70 personas. Yo desconfiaba por ser mes de julio y en un sitio en el que siempre hubo arte, meter allí un carro gallego, un arado prerromano y una limpiadora... Yo no confiaba, pero el espíritu gallego acogió allí a 70 personas, que fueron muchas.

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